Siempreviva: La igualdad sigue siendo una asignatura pendiente

La igualdad es ética y la equidad es política
Amelia Valcárcel

Hace 364 días en San Lázaro subimos a posicionar la importancia de alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres. Y de nuevo este 8 de marzo estamos aquí, insistiendo en este tema. Hoy como hace 112 años, las mujeres queremos igualdad de condiciones.

​El 8 de marzo fue proclamado como un día para el reconocimiento de la igualdad. Y quiero retomar la pregunta que se hace Amelia Valcárcel Si no estamos dispuestos a considerar que cualquier otro tiene deseos o derechos tan seguros como los nuestros ¿Cómo podríamos siquiera plantear la universalidad, que es la forma propia del juicio moral? Porque como dice la autora, a lo que llamamos moral, no es pensable sin la idea de igualdad… Porque la igualdad es la idea fundamental moral en su significado más profundo de equipotencia. Y la autora se cuestiona cómo hemos podido vivir varios milenios con política, sin que la igualdad forme parte de ella.

​Porque para Valcárcel, la igualdad es una relación concedida o pactada, incluso a veces impuesta, nada que no se conceda uno mismo tiene derecho moral a no concedérselo a otro, sino que tienes el deber de pensar en el otro como en ti mismo. Por ello hoy desde esta tribuna, tenemos la obligación moral de pensar en la igualdad de las mujeres, queremos ocupar el lugar de los otros que no han tenido el deber de pensar en nosotras.

​Hoy hacemos actual la demanda de igualdad, a pesar de que la palabra y su contenido nos asuste, la queremos, trabajamos por ella y queremos que se haga realidad. Porque la igualdad es una condición humana.

​Y como humanas, queremos transformar las normas de la desigualdad, las imágenes de los medios que las reproducen y las prácticas que nos margina. Lo que hemos ganado en dos siglos de lucha, ha sido tortuoso y lo hemos conquistado con mucho esfuerzo.

​Los derechos de las mujeres no han sido un regalo, sino una conquista. Hoy en esta Cámara se incorporó la paridad después de casi veinte años de haberse presentado la primera iniciativa; 1994 sobre la cuota; 1997 la primera “recomendación” a los partidos para incorporar a las mujeres en sus listas de candidaturas; 2002 la incorporación a la legislación; 2012 la Sentencia 12624, 2015 aplicación de la paridad. Y será en 2018 cuando aplique además la paridad vertical y horizontal en los ayuntamientos. Solo por mencionar la representación política.

​Sin embargo, sigue pendiente el acceso a los mercados de trabajo en paridad y recibir el salario igual por igual trabajo.

Este día no nos digan “feliz día de la mujer”, hagan realidad el derecho a la felicidad. Hagamos desde este espacio reformas para que las mujeres vivamos de manera igualitaria y equitativa. Legislemos para que se respeten nuestros derechos de manera plena; que se reformen las leyes y códigos que discriminan a niñas y mujeres; que transformemos la cultura de la desigualdad; que la maternidad sea una opción y no una obligación; que la sexualidad sea placentera y sin culpa; que la violencia de género, el hostigamiento y el acoso se sancionen; que la paternidad responsable sea una realidad; que los partidos respeten nuestro derecho a ser electas.

Desde esta tribuna, les conmino a reflexionar sobre el efecto perverso de la desigualdad y la violencia en las vidas de mujeres y niñas.

Publicado originalmente en Político MX

Candelaria Ochoa cuestionó al presidente de la CNDH

Este miércoles, durante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, se realizó  la presentación del informe de actividades de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde en nombre de su bancada la diputada federal Ciudadana Candelaria Ochoa Ávalos formuló dos preguntas al Presidente del Organismo Luis Raúl González Pérez. La primera relacionada a la aprobación por parte del PRI y sus aliados a la controversial Ley de Seguridad Interior.

Después de acotar que dicha ley representa la intención del Estado Mexicano de perpetuar la fallida estrategia del combate al crimen organizado, la legisladora inquirió a González Pérez, sobre lo que él cree de las motivaciones para continuar con una táctica que a todas luces ha fallado y ha sido reprobada por los principales organismos internacionales de derechos humanos, como la propia CNDH.

Ochoa Ávalos se refirió también a la grave crisis de derechos humanos que vive actualmente México, que se ha traducido en recomendaciones sobre graves violaciones a estos y recordó que según el informe de labores de diciembre de 2017, la CNDH recibió en el pasado año un total de 14,156 quejas por violaciones a los derechos humanos. Razón por la que dijo, es necesario emprender acciones a profundidad que garanticen el derecho a conocer más sobre esta crisis y la no repetición del daño. Al respecto, Movimiento Ciudadano propuso la creación de una Comisión de la Verdad sobre las violaciones a los derechos humanos en la última década, por lo que la diputada cuestionó nuevamente al presidente del Organismo sobre su opinión acerca de este tipo de mecanismos a nivel nacional como un primer paso para transitar hacia un cambio de régimen con la voluntad que se requiere para reconocer el nivel de la actual crisis y para garantizar la reparación del daño a las víctimas.

Candelaria Ochoa hizo un repaso de las más graves violaciones a los derechos humanos en nuestro país, entre los que figuran feminicidios, el ataque a los periodistas y defensores de derechos humanos, el tema de los migrantes, la marginación de los pueblos indígenas entre otros, e hizo un llamado a Raúl González Pérez para que el organismo a su cargo intervenga en los graves y muy desafortunados casos de salud durante el gobierno de Javier Duarte en Veracrúz.

Siempreviva: Democracia y paridad

Por María Candelaria Ochoa Ávalos
Publicado en MX Político

Heidi Hartmann en su libro Un matrimonio mal avenido: hacia una unión más progresiva entre marxismo y feminismo, dice: es mejor un matrimonio más saludable o el divorcio. Y así ha pasado en la relación entre la democracia y la paridad. Y es que las y los políticos no sensibles “al género”, consideran que las cuotas y la paridad son una amenaza a la democracia, y en cierto sentido sí, porque la democracia liberal se olvidó de incluir a las mujeres, que somos las mitad de la población.

            Desde 1993 que se impulsa una primera reforma que “recomienda” a los partidos integrar a mujeres en sus listas de candidaturas, le siguieron reformas en 1996, 2002 y es en 2012, que se sienta jurisprudencia para establecer que los partidos políticos deberán integrar con personas del mismo género, sus fórmulas de candidatos titulares y suplentes a diputados y senadores por ambos principios. En el Parlatino[1] en 2014,  se discutió la paridad vertical como establecer en las listas plurinominales la ubicación de las candidaturas de mujeres y hombres, de manera alternada y secuencial (uno a uno) en toda su extensión y de modo descendiente tanto en los cargos de titulares como en los cargos de suplencias. Si se trata de listas partidarias uninominales, la paridad se cumple con la incorporación de candidaturas suplentes al otro sexo de quien detenta el cargo de titular. Y la paridad horizontal, como la participación equivalente de mujeres y hombres al encabezar las listas partidarias (primeros lugares). Cuando un mismo partido político y/o alianza se presenta en varios distritos electorales simultáneamente debe acordarse encabezar mujeres y hombres por igual.

            Para las elecciones de 2018, la paridad vertical y horizontal, serán una realidad.  La paridad vertical y horizontal, considerará la variable histórica o de rotación para encabezar las listas plurinominales y uninominales. Se trata de la alternancia inmediata de género entre un período electoral y otro. Si la lista fue encabezada por un hombre en el siguiente período deberá encabezarla una mujer y viceversa.

            De tal manera que la Norma Marco sobre paridad, pone en el centro la igualdad de resultados, entendiendo por ésta, la culminación de la igualdad legal y la igualdad sustantiva, tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo, haciéndola eficaz en la práctica y no basada en la noción de justicia procedimental.

            Para lograrlo, se requiere de un trato desigual, por ello, las medidas especiales de carácter temporal para alcanzar la igualdad sustantiva, son el pilar al que aspira la democracia paritaria en todos los ámbitos de la sociedad. Y reitero, es una medida democratizadora que implica la participación equilibrada de mujeres y hombres en todos los procesos de toma de decisiones en el ámbito público. Sin embargo, no puedo dejar de insistir que se requiere la paridad no solo en los cargos de elección popular: diputaciones, senadurías, regidurías, sindicaturas y presidencias municipales, se requiere también paridad en el ámbito ejecutivo y en el poder judicial, sino sólo tenemos una exigencia de paridad en uno de los poderes y queremos que esta se manifieste en los tres.

            Este debate se inscribe en la democracia y el feminismo radical, que no ve solamente al sistema político formal, sino al significado de impulsar una política democrática que aspire a la articulación de las diferentes luchas en contra de la opresión. Decían las feministas de los años setenta: no queremos la mitad del pastel, sino cambiar la receta. Y es que los valores de justicia social e igualdad de género están íntimamente vinculados. Queremos organizar y reorganizar la vida social en todas las dimensiones en las que vivimos la experiencia de ser humanas y humanos. Hasta ahora, los sistemas “democráticos” carecen de estos aspectos.

             Queremos recuperar y radicalizar los aspectos más progresistas de la democracia liberal – libertad, igualdad, autodeterminación y autonomía, además de una redefinición del bien común. Dice Fraser que  la base estructural de la subordinación de las mujeres en la sociedad capitalista, es la división entre la producción económica y la reproducción social, por ello, debe revisarse la relación profunda entre estas dos, sino, no será posible la emancipación de las mujeres.

            La democracia radical[2] significa crear una nueva cultura política y nuevos marcos de entendimiento que articulen estrategias para un proyecto de transformación social, que supere todas las formas de explotación, dominación y discriminación social y global. El neoliberalismo, los militarismos y fundamentalismos, nos excluyen, violan y deshumanizan, individual y conjuntamente, por ello, no puede haber democracia si no se reconoce la paridad en el marco de igualdad de resultados.


 [1] El PARLATINO reunido en su sede de Panamá  los días 4 y 5 de diciembre de 2014, con motivo de la conmemoración del Cincuenta Aniversario de su constitución, celebró, el ‘Encuentro Parlamentario: Mujeres, Democracia Paritaria’ y que contó con 173 participantes, parlamentarias/os, magistradas/os de Tribunales Electorales y representantes de diversas instituciones del Estado, así como mujeres de redes políticas de 16 países de la región.

[2] Chantal Mouffe: Feminismo, ciudadanía y política democrática radical. Debate feminista